Me temo que con esta serie de entradas me saldré un poco de la temática del blog y de lo que venía publicando hasta ahora. Pero qué coño, por una vez diré eso de "este es mi blog, y estas son mis normas". Así que si tras esto decidís no volver a visitarme, estaréis en todo vuestro derecho.
Pues bien, con estas entradas pretendo ayudar a todo aquel al que le haya picado el gusanillo del running y se haya planteado algún reto en forma de carrera. Yo fui (y soy) uno de ellos. Por motivos que no vienen a cuento, hace aproximadamente un año empecé a salir a dar una vueltilla corriendo al atardecer. Cada dos o tres días repetía la costumbre, siempre y cuando los estudios, y las piernas, me lo permitían. Era mi momento de desconectar de la rutina, ponerme los cascos con mi música, y olvidarme de todo. Y lo que en un principio eran 20 minutos, poco a poco se convirtió en media hora, más tarde en tres cuartos de hora.... así hasta que un día me pregunté: ¿sería capaz de terminar una media maratón?
Hablamos de 21 km corriendo. 21097 metros para ser más exactos. Algo que para mi, acostumbrado a rodar alrededor de 5 kilómetros y verme obligado a parar antes de sufrir un infarto, era una locura. Y sin embargo, el tiempo me demostró que todo es cuestión de proponérselo e intentarlo.
Realicé la primera tentativa con una distancia similar a finales del pasado verano, cuando completé unos 20 kilómetros en un tiempo próximo a las dos horas. Dejaremos para otro momento el hablar sobre las agujetas que arrastré en los días posteriores a aquello. Pero me daba absolutamente todo igual: había conseguido mi objetivo.
La transición de los meses de otoño fue un absoluto vacío en mi preparación, perdiendo toda la forma física adquirida en verano. Varios catarros, gripes y resfriados mal curados; unidos a una herida bastante profunda que me hice en la pierna derecha, consiguieron que hasta finales de diciembre no saliese más que un par de veces más a correr.
Pero fue con la entrada del nuevo año cuando todo volvió a cambiar. Uno de esos propósitos que todos nos planteamos y casi nunca cumplimos. Sólo que en este caso si. El anuncio de la celebración de la primera Media Maratón de la Ciudad de Salamanca me llevó a tomar la decisión de volver con la rutina del entrenamiento. La cita, el domingo 4 de marzo de 2012. Tenía poco más de dos meses para prepararme. Muy poco tiempo para prepararme bien, demasiado tiempo para quemarme preparándome mal. Y además, todo ello con la época de exámenes en medio. Sonaba, cuanto menos, como un reto apasionante.
Y he aquí el punto en el que planifiqué toda mi preparación de cara a la carrera. Es éste un aspecto fundamental. Gran parte de nuestro éxito o fracaso vendrá determinado por ello. Y para no cometer errores, hay una serie de puntos y aspectos fundamentales que todos debemos conocer y tener en cuenta. El propósito de esta serie de entradas será justamente ese, prestar mi pequeña ayuda a todo aquel interesado en aprender algo al respecto de esta preparación.
En tu blog hablas de lo que quieras,está claro, de lo que hablas es de superación por lo que es muy interesante, saludos
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