1. Bradley Wiggins. El rival a batir. Ha confirmado todos los pronósticos y ha demostrado ser el más fuerte del pelotón. Ya ha salvado dos jornadas de montaña, y ha arrasado en la primera crono larga. Su equipo, el sky, se mostró imbatible en la llegada a "La Planche", exhibiendo una estrategia y fortaleza dignas del US Postal de Lance Armstrong. Sin embargo, en la jornada siguiente, pasaron ciertos apuros en la Cote de la Croix. El amarillo da alas, pero también desgasta. Dos semanas defendiendo el maillot de líder pueden ser demasiadas para el corredor británico, no acostumbrado a esta situación.
2. Chris Froome. El enemigo en casa. Fue el único capaz de marcar un tiempo comparable al de Wiggo en la contrarreloj de ayer, por delante de especialistas como Fabian Cancellara o Tony Martin (tocado por una lesión). Tras llegar con pocos días de competición en sus piernas, su estado de forma al comienzo del Tour era una incógnita. Una incógnita quedó rápidamente resuelta. Justamente por esto, el paso de los días debería jugar a su favor. Tanto él como su equipo parecen tener completamente asumido su rol de gregario de lujo. Sin embargo, el recuerdo de la pasada Vuelta a España, perdida justamente por esto, sigue presente.
3. Cadel Evans y Vincenzo Nibali. Los aspirantes. Tras los hombres del sky, parecen ser los corredores más fuertes (mención especial a la gran crono que ayer realizó "el tiburón", en un terreno que se suponía su punto débil). Para tener alguna opción de luchar por el amarillo deberán pelear en cada kilómetro de subida que les quede. Al igual que en los de bajada, donde ambos son especialistas. Una posible alianza entre ambos en algún momento de flaqueza de Wiggins podría darles la llave de este Tour.
4. Denis Menchov. El tapado. Sin hacer apenas ruido, se encuentra en una cómoda quinta posición de la general, a 3 minutos de Wiggins. Tal vez ya demasiado tiempo, aunque no el suficiente para descartarlo en la lucha por el podio. Es un ciclista que siempre va de menos a más en las grandes vueltas. Un férreo marcaje entre el resto de favoritos podría otorgarle una mínima libertad para probar un ataque cuando la carretera comience a subir.
5. Los españoles. La decepción. Está claro que éste no es el Tour de los nuestros. Al menos por ahora. Las lesiones y abandonos de Rojas y Freire nos dejaron sin nuestros mejores hombres para luchar en los sprints. Igual suerte corrió Samuel Sánchez, y así perdimos nuestra apuesta de mayor peso para la general. Valverde sigue en carrera, aunque muy tocado por las caídas, tanto física como mentalmente. Puede que los dos años fuera del pelotón le hayan pasado factura en forma de esta "mala suerte". Y mientras, su compañero en el movistar, Juanjo Cobo, ha confirmado venir al Tour sin ninguna aspiración por la general.
¿Qué es lo que nos queda? En primer lugar rezar todo lo que nos sepamos para que parte del equipo olímpico llegue vivo a Londres (además de los cuatro citados previamente, el quinto del grupo, Luis León, también ha probado ya el suelo). En segundo, confiar en Alejandro. Con la batalla por el amarillo perdida, luchará por conseguir algún triunfo de etapa a cualquier precio. Y en tercer lugar, animar a Haimar Zubeldia para la general. Resulta difícil imaginar al vasco ganando el Tour, pero se trata de un corredor con una dilata experiencia y en un gran estado de forma. Colarse en el top-5 es algo que puede sabernos a poco tras los éxitos de años pasados a los que nos hemos acostumbrado, pero es un objetivo muy digno y admirable. Y factible.
6. Peter Sagan. La sensación. Se esperaba mucho del joven eslovaco en esta edición. Y él, en sólo una semana de competición, parece haber superado todas esas expectativas. Tres victorias de etapa, cada una de ellas con su particular celebración, unidas al liderato en la clasificación de la regularidad, lo convierten en uno de los nombres propios de este Tour. Su primer Tour, con sólo 22 años. Ha demostrado haber mejorado mucho en la última temporada; al igual que es mucho lo que le queda por aprender. Algún día deberá afrontar el reto del asalto a la general. Mientras, seguiremos disfrutando de su espectáculo.
Si hay que rezar para que cese la "maldición" olímpica, Wiggins confirmando lo que se sospechaba, ten cuidado con comparar ese equipo con el U. S. Postal que se enfada mucho jaja, un saludo!
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