Tony Gallopin se impusó en la Clásica de San Sebastián, la carrera de un día más importante del calendario ciclista español. El corredor francés atacó en el último paso por Arkale, a unos 15 km de meta, marchándose en solitario. Valverde y Kreuziger fueron segundo y tercero respectivamente.
Quitana, Contador, Valverde, Porte, Kreuziger, Mollema... La Clásica contaba este año con un cartel de lujo encabezado por varios de los protagonistas del pasado Tour de Francia. En su vuelta a la competición, todos ellos se vieron sorprendidos y superados por el francés Tony Gallopin.
Aramendia, Krizek, Wackermann y Kaisen lo probaron con fortuna en los kilómetros iniciales de la prueba. La escapada que formaron los cuatro ciclistas logró superar los 10 minutos de ventaja sobre un pelotón que no parecía preocupado por ello.
Movistar, que lideraba el grupo principal, tensó ya la carrera en el primer paso por Jaizkibel con el trabajo de los hermanos Herrada. La distancia de los fugados se redujo drásticamente y, sin embargo, no sería hasta el segundo paso por dicho puerto cuando la escuadra telefónica desplegaría todas sus armas. Castroviejo y José Herrada sirvieron como lanzadores para el ataque de Nairo Quintana y Alejandro Valverde. Al contrario de lo visto en las últimas etapas del Tour, en esta ocasión fue el colombiano quien se sacrificó por el murciano, marcando un fuerte ritmo en el ascenso que terminó de seleccionar la carrera.
Se quedaba así en cabeza un grupo formado por Valverde (Movistar), Kreuziger y Roche (Saxo-Tinkoff), Moreno Moser (Cannondale), Yannick Eijssen (BMC), Mikel Landa (Euskaltel-Euskadi), Arnold Jeannesson (FDJ) y Tony Gallopin (RadioShack Leopard). Antes del comienzo de la segunda ascensión a Arkale se les unirían, llegando desde atrás, Chavanel (Omega Pharma – Quick-Step) y Astarloza (Euskaltel-Euskadi). Y algo más tarde aun, Nieve (Euskaltel-Euskadi), Jungles (RadioShack Leopard) y Nocentini (AG2R La Mondiale) también alcanzaban la escapada. Pero para entonces Gallopin ya había realizado su ataque definitivo.
Mientras sus compañeros de grupo se vigilaban entre ellos, el francés no lo dudó y aceleró sin mirar atrás en la última subida a Arkale. Quedaban menos de 15km. Coronó el puerto en solitario con un pequeño margen que consiguió aumentar arriesgando en el peligroso descenso. Valverde, Kreuziger, Roche, Nieve y Landa consolidaron un nuevo grupo que se lanzó a la caza del corredor del Radioshack. Pero mientras los relevos no eran contundentes en el quinteto perseguidor, Gallopin no bajó el ritmo en ningún momento durante su particular contrarreloj, ampliando su ventaja más aun.
De este modo Gallopin terminó levantando sus brazos tras cruzar la meta en solitario. El francés de 25 años conseguía redimirse de una participación bastante mediocre en el pasado Tour que, no obstante, le sirvió para alcanzar el estado de forma óptimo para disputar la Clásica. Le acompañaron en el podio Valverde y Kreuziger, los primeros en el sprint del grupo perseguidor.